En el mundo de las series de TV, la medicina se ha convertido en un genero televisivo propio. A principio de los 90, el talento de Michael Chrichton en el guión y el de Steven Spielberg en la producción nos dejaron durante más de una década una de las series más populares que ha dado el medio televisivo, ER (Urgencias), que sería la base de muchas de las actuales series sobre este género como "Anatomía de Grey" o "House" por citar dos de las de mayor éxito.
El trabajo de los profesionales de la medicina para hacer frente a un sinfín de casos y enfermedades raras, la tensión de las salas de urgencias donde a cada momento se presentan situaciones críticas y de gran tensión, y la vida personal y relaciones de los médicos entre ellos y con los pacientes, todo ello a un ritmo frenético, conforman el cocktel perfecto de este tipo de melodramas televisivos.
Dentro de este panorama, es muy destacable una de las series más originales e impactantes del panorama televisivo actual, "The Knick".
Ambientada en un hospital de Nueva York a principios del año 1900, su protagonista el prestigioso cirujano John Tackery, con una secreta adicción a la cocaína, lidera un equipo de médicos cuyas técnicas y maneras de afrontar los avances científicos de su profesión, a veces chocará con la ética y la moral de la época.
La serie se mueve en esa delgada línea entre la medicina y la carnicería, con toda la crudeza que los profesionales de la época tuvieron que enfrentarse a un cuerpo abierto en una mesa de operaciones, contando con los escasos medios y material de los que disponían. Una época en la que todavía no habían sido descubiertos los antibióticos y donde la medicina, con profesionales voluntariosos e innovadores, tenía las más altas tasas de mortalidad.
Y así se demuestra en la escena con la que se abre el primer capítulo de la primera temporada, con el equipo médico haciendo frente a una cesárea en una de esos momentos no aptos para estómagos sensibles, donde la sangre y las manos ensangrentadas del cirujano se convierten en los verdaderos protagonistas.
La serie ha supuesto la incursión en el medio televisivo del afamado director Steven Soderberg, involucrado completamente en la dirección, la fotografía y el montaje, y cuya experiencia cinematográfica y saber hacer aportan ese extra que toda buena serie necesita.
En cuanto al reparto también es destacable el papel protagonista resuelto magistralmente por Clive Owen, dando vida a un personaje que a pesar de ser un adicto a las drogas, arrogante y racista, resulta brillante y cautivador. Uno de esos personajes llamados a convertirse en uno de los grandes antihéroes de la televisión.
Una serie inusual, impecablemente ambientada en el Nueva York de principios del siglo XX, que resulta fascinante y que revisa ese lado oscuro de una época importante pero a menudo tan ignorada de la historia de la medicina.
Igualmente innovadora y sorprendente resulta la banda sonora compuesta para la serie por Cliff Martínez, exbaterista del grupo Red Hot Chili Pepers y colaborador habitual del cine de Soderberg, que aporta de manera bastante arriesgada una música de sonidos electrónicos que a priori puede parecer impropia para la época en la que está ambientada la acción. Una apuesta personal de Soderberg que propuso crear una ambientación de época perfecta para todo, excepto para la música, pidiendo a Cliff Martínez una música moderna y electrónica. El resultado es perfecto, ya que el compositor capta perfectamente la tensión y el dramatismo presente en todo momento, y en la que el pulso de la música electrónica emula un sonido tan básico en un quirófano como es el latir de un corazón.
Y aunque efectivamente es una música que funciona mejor con las imágenes, el tema principal "Son Of Placenta Previa" resulta impactante e hipnotizante y es el tema musical perfecto y característico que toda gran serie debe tener.
El siguiente tema es "If Anyman Thirst", uno de los más representativos de la reciente banda sonora compuesta para la segunda temporada de la serie:
A pesar de ser una composición enteramente de música electrónica, en el pasado Film Music Festival de Cracovia 2015, se tuvo la ocasión de escuchar en uno de los conciertos ofrecidos, una versión orquestal de la música de la serie, que resulta al menos bastante interesante. Una agradable curiosidad:
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