lunes, 19 de octubre de 2015

Música Para Biopic Musicales (II) - Ray (CRAIG ARMSTRONG)

La vida de Ray Charles, uno de los más grandes músicos norteamericanos del siglo XX, reunía con creces todos los requisitos para ser llevada al cine. Un músico genial, con un origen humilde, ciego y con una vida turbulenta por su adicción a las drogas y sus relaciones amorosas (dos matrimonios y doce hijos de diez relaciones diferentes), es un jugoso argumento que el director Taylord Hackford aprovecha muy eficazmente para filmar "Ray", una buena película músico-biográfica sobre Ray Charles.

Taylord Hackford, un director con cierta experiencia en el cine musical ("Noches de Sol" y "The Idolmaker"), incluyendo dos magníficas películas documentales sobre otros grandes músicos como Chuck Berry y Michael Jackson, consigue contar de manera efectiva y bastante emocionante la vida de Ray Charles tanto desde el punto de vista musical como personal.

La película se centra en el periodo más explosivo de su carrera, desde que siendo niño sufre dos grandes traumas como fueron la muerte de su hermano y la perdida de la visión a los cinco años. A partir de ese momento y de manera muy autodidacta empieza a tocar el piano y a empaparse de la música de jazz y blues que hacían los músicos negros de su época. Su evolución se vera reforzada cuando se traslada desde Florida hasta la floreciente escena jazzistica en Seattle. Ahí empieza su arrolladora carrera musical con su descubrimiento por una de las grandes compañías discográficas, Atlantic Records, y la vorágine y éxito musical de los siguientes años. Pero por otra parte cobra fuerza su agitada vida personal a partir de sus problemas con la heroina y la relación con Della una buena esposa que le quiere, pero también con un buen número de mujeres que pasaran por su vida.
La historia de Ray, un niño ciego y pobre criado en una época en la que el racismo y la segregación eran el día a día de los afroamericanos, que es capaz de romper la barreras sociales y cambiar los esquemas de la música, es la típica historia del sueño americano en uno de esos tantos casos que ha dado la historia de ese país.

Fenomenal la interpretación de un Jamie Foxx en estado de gracia que se mete de manera magistral en la piel de este genio de la música y que se vio recompensada con el Oscar al mejor actor. 

En el apartado musical la película hace un repaso a los grandes temas que Ray Charles grabó durante esa época y que forman parte de las mejores canciones de la historia de la música americana. Y es que Ray supo aunar los grandes géneros de la música de su época, desde el jazz, el blues, el soul, el gospel, el rhythm & blues,  el country y el rock & roll, con una visión propia y que se ha convertido en una referencia fundamental para una gran cantidad de músicos hasta nuestros días.

La banda sonora es obra de Craig Armstrong por la que obtuvo el Grammy a la mejor banda sonora de 2005. El afamado músico escocés crea un score que aunque en principio pudiera parecer inadecuado, casa a la perfección con el film y es un ejemplo genial de "música creada para un músico". Tomando como no, el piano como protagonista principal en un claro homenaje al instrumento que fue la vida de Ray Charles, nos encontramos con una partitura muy melódica con toques muy chillout, que subraya sobre todo esos momentos dramáticos y sentimentales de la historia de un personaje tan complejo como este. 

El corte "Della's Theme" es el mejor ejemplo de la música de esta banda sonora donde se evocan los sentimientos más profundos de este personaje y donde más se puede apreciar el estilo musical del compositor.



Y como ejemplo de las canciones de Ray Charles y muestra de la magnífica interpretación de Jamie Foxx, algunos clips de la película con algunas canciones míticas del "genio".




viernes, 9 de octubre de 2015

Suite Francesa - RAEL JONES

Tras más de 60 años, en el año 2004 se publicaba "Suite Francesa" una novela inédita de Irène Némirovsky, escritora judia de origen ucraniano, afincada en París, que tras la ocupación alemana de Francia durante la Segunda Guerra Mundial fue capturada y trasladada al campo de prisioneros de Auschwitz, donde murió en agosto de 1942 a los 39 años. Antes de su detención, Némirovsky había empezado una serie de cinco novelas (de las solo terminó dos) sobre la vida en Francia tras la ocupación nazi.
Estas novelas permanecieron desaparecidas, hasta que sus hijas, que lograron sobrevivir, las encontraron en una vieja maleta, después de tantos años. La publicación de la novela causó una auténtica conmoción en el mundo editorial francés y europeo, ya que retrataba de primera mano una situación y una época fundamental en la historia de Francia.


Su traslado a la gran pantalla era algo que estaba cantado, y aunque son abundantes y variadas las películas sobre la Segunda Guerra Mundial, esta nueva incursión en el tema nos muestra un fiel e implacable reflejo de la sociedad francesa durante la ocupación, que resulta bastante interesante. 


Es bastante sorprendente comprobar en esta historia como por una parte, junto al odio natural que despierta la brutal ocupación nazi del país de la "liberté, égalité y fratrernité", surjan también historias de amor clandestino y muestras públicas de colaboracionismo, mostrándose de esa manera la variedad de reacciones humanas ante situaciones excepcionales.




La acción de la película transcurre en un pequeño pueblo cerca de París tras la claudicación del gobierno francés ante la ocupación alemana. Lucile (Michelle Williams) es una joven cuyo marido marchó al frente al poco de casarse y permanece desaparecido como prisionero de guerra y vive junto a su controladora suegra (Kristin Scott Thomas) una acomodada terrateniente con un agrio carácter. Su vida transcurre un poco al margen de la guerra hasta que el pueblo es tomado por un regimiento de soldados alemanes que se establecen en las casas de los vecinos del pueblo. El nuevo inquilino de la casa es Bruno (Mathias Schoenaerts) un elegante y refinado oficial alemán que va cambiar por completo la anodina vida de Lucile.

Con la música como nexo de unión de ambos protagonistas, Bruno en la vida civil es compositor y Lucile ha estudiado música y toca el piano, surge irremediablemente una historia de amor entre dos personas que se encuentran en un momento desgraciado y trágico, donde su amor quedará oscurecido por la cruel realidad. Todo ello con el fondo del resto de personajes del pueblo entre los que afloran las mezquindades y los enfrentamientos en todas las clases sociales.


La interpretación de los protagonistas es muy correcta, aunque la pasión amorosa resulta muy contenida, algo lógico teniendo en cuenta la situación en la que se encuentran y tratándose de dos seres tan sensibles. Igualmente destacado es el papel de Kristin Scott Thomas, como una mujer igual de dura con su nuera, sus vecinos y los soldados alemanes, pero que irá cambiando al darse cuenta de que todo se derrumba a su alrededor.


Una película estéticamente bien resuelta con una bonita historia de amor, que demuestra que la guerra puede sacar lo mejor y lo peor del ser humano.



La banda sonora es obra de Rael Jones un joven compositor y multi instrumentista británico que después de colaborar anteriormente en algunos trabajos importantes junto a otros compositores, como en la banda sonora de "Los Miserables", "Quantum of Solace" o la serie de la BBC "Sherlock", nos deja en este su primer trabajo para un largometraje, un trabajo exquisito y de gran calidad.


Una partitura donde se mezcla dramatismo y romanticismo, aunque destacan sobre todo los temas melódicos como el tema principal de amor de una gran belleza. 



La música orquestal está reforzada por un breve tema de piano que forma parte de la historia como la música que Bruno compone y que regala a Lucile con el título de "Suite Francesa". Este tema de apenas un minuto de duración es obra del compositor Alexander Desplat, que como ya he comentado en alguna ocasión está presente últimamente en toda buena producción europea. Un precioso tema que queda íntimamente ligado a una historia de amor imposible.

Los siguientes clip son el corte en su versión original y tal como aparece en la película.