viernes, 24 de abril de 2015

Las Series de TV y Su Música (I) - House of Cards (JEFF BEAL)

Hoy es habitual y muy gratificante para los aficionados a la música cinematográfica, que la mayoría de buenas series de TV que se están produciendo en los últimos años cuenten con bandas sonoras de una calidad más que notable. En algunas ocasiones la melodía de los títulos de crédito con el que empieza cada capítulo ha llegado a convertirse en verdaderos hits con los que la serie queda identificada en la memoria de los espectadores y puede llegar a convertirse incluso en auténticos éxitos de ventas.
Me gustaría hacer un breve repaso por algunas de estas melodías que con mayor o menor éxito me han causado una muy agradable impresión. 
Y voy a empezar hoy con "House of Cards" una serie sobre las intrigas que rodean al mundo de la política.

"House of Cards" es una serie norteamericana que empezó su primera temporada en 2013, y que es una adaptación de una miniserie británica de la BBC del año 1990 titulada en español como "Castillo de Naipes", que se basaba a su vez en una famosa novela de Michael Dobbs.
Cinematográficamente la serie ha contado con la participación en varios capítulos de directores tan importantes como David Fincher, Joel Schumacher y James Foley, una concentración de talentos que se nota considerablemente.
En ella se nos presenta al congresista del Partido Demócrata, Francis Underwood (Kevin Spacey) y su esposa Claire (Robin Wright) que no se detendrán ante nada ni ante nadie para conseguir sus propósitos.
Con un puesto relevante en el partido y en el congreso, Francis maneja con destreza los hilos del poder en Washington ayudado por su encantadora y manipuladora mujer. En la primera temporada de la serie encontrará una aliada en una joven periodista Zoe Barnes (Kate Mara), capaz también de todo por conseguir las mejores exclusivas. Ella aprovechará también su relación con el congresista para ascender en su carrera, pero se irá metiendo cada vez más en un entramado demasiado peligroso. Una historia de intriga política repleta de corrupción, sexo y avaricia, que da a veces que pensar.

Impresionante la actuación de Kevin Spacey, uno de esos personajes perversamente atractivo que presenta una imagen externa encantadora, pero que en el fondo es la auténtica encarnación del mal y la depravación.

En mi opinión la serie va en ascenso con cada capítulo en las dos primeras temporadas, y nos deja sobre todo determinadas escenas impactantes y planos tan maravillosos como inquietantes del congresista Underwood o de su esposa mirando fijamente a cámara, de esos que hielan la sangre.

Creo que con la impresionante secuencia final de la segunda temporada, la serie podría haber concluido magistralmente, ya que en la tercera temporada que se está emitiendo actualmente la historia ha perdido fuelle e interés, pero es lo que tiene querer exprimir al máximo el éxito televisivo.


En resumen, un producto de gran calidad con una factura técnica impecable y una interpretación de su protagonista principal, absolutamente genial, que ha llegado a encandilar hasta al mismísimo presidente Obama que se confiesa fan de la serie.



La banda sonora de la serie es obra de Jeff Beal, un compositor norteamericano que ha trabajado bastante en el mundo de la televisión. El tema principal de "House of Cards" que se escucha con los títulos de créditos y que encaja perfectamente con las imágenes de la ciudad de Washington hasta caer la noche sobre el Capitolio, es una melodía de esas que te engancha rápidamente. Una música dramática que recrea perfectamente ese submundo turbio y misterioso de la alta política.



Como muestra de la calidad del resto de la música compuesta por Jeff Beal para cada una de las tres temporadas realizadas hasta la fecha, es fantástico este tema de la tercera temporada con un sonido de violín tan impactante como inquietante.

domingo, 12 de abril de 2015

Música para los Caídos (III) - Atonement (DARIO MARIANELLI) / Cuando Éramos Soldados (NICK GLENNIE-SMITH)

Aunque "Atonement" (Expiación, Más Allá de la Pasión), no es exactamente una película bélica, en este grandísimo drama romántico, la guerra y sus consecuencias juegan un papel fundamental en el desarrollo de la historia que nos cuenta.

Basada en una aclamada novela, "Attonement" es un texto con numerosos atractivos, por un lado una bellísima historia de amor ambientada con el fondo de la Segunda Guerra Mundial, pero sobre todo es una interesante reflexión sobre la culpabilidad, la responsabilidad y el perdón, de ahí su acertado título, porque verdaderamente es una gran historia de "expiación".

Ya comenté esta película y su maravillosa banda sonora en un post anterior (Atonement) y poco más puedo decir. Pero me gustaría señalar una escena muy destacada así como la música que la acompaña, y me refiero a ese memorable plano secuencia de una factura técnica impecable que muestra el recorrido del protagonista en la playa de Dunkerke, donde el maltrecho y derrotado ejército británico espera a ser evacuado. Una de esas escenas digna de pasar a la historia del cine que además tiene de fondo el tema "Elegy for Dunkirk" de la banda sonora ganadora del Oscar compuesta por un inspiradísimo Dario Marianelli. 
Un tema musical muy triste que queda subrayado con las voces de un coro de soldados que interpretan un famoso himno inglés, toda una elegía a esos soldados caídos, abatidos y derrotados. Una melodía que expresa mucho más de lo que muestran las propias imágenes.





"Cuando Éramos Soldados" es una película del año 2002 basada en un famoso libro de dos de los propios protagonistas que vivieron los acontecimientos que en ella se relatan. El coronel Harold G. Moore y el periodista Joseph L. Galloway participaron en la Batalla de la Grang, el primer enfrentamiento a gran escala del ejercito norteamericano en la Guerra de Vietnam.
Y aunque a priori pueda parecer otra de esas películas en las que se hace gala del típico patrioterismo yanqui, es uno de los pocos films bélicos en el que no hay un ensañamiento con el ejercito enemigo, al que se respeta y al que se presenta como un opositor capaz y valiente.

Dirigida por Randal Wallace (el guionista de Braveheart) y protagonizada por Mel Gibson, la película es una nueva revisión cinematográfica de una guerra, la del Vietnam, que marcó profundamente a la sociedad estadounidense de los años 60 y 70.

Aunque rodada con un gran despliegue técnico en sus secuencias bélicas, la historia hace más hincapié en el lado humano de la guerra, el horror y la angustia tanto de aquellos que parten a combatir como la de sus familias, con momentos dramáticos y sobrecogedores llenos de "sangre, sudor y lágrimas".
Huyendo del estilo en el que se ha mostrado casi siempre las películas sobre la guerra del Vietnam, con personajes siempre fuera de sí que arrastran mil y un traumas, esta película vuelve a recordar que el comportamiento heroico es posible en cualquier conflicto bélico.

La banda sonora compuesta por Nick Glennie-Smith, uno de los músicos surgidos de la compañía Media Ventures, la factoría de compositores cinematográficos de Hans Zimmer, presenta una música en la que junto a las típicas marchas militares propias del género aparecen bellas melodías que se adaptan perfectamente al dramatismo de la película. 
El mejor ejemplo y la música que refleja perfectamente el espíritu de este película es el tema final  "Mansion Of The Lord",  que contiene un himno de corte religioso interpretado por el coro de cadetes de West Point con letra del propio director Randall Wallace. Música marcial y heróica llena de sentimiento.