martes, 29 de septiembre de 2015

Música Para Biopic Musicales (I) - Cloclo (ALEXANDRE DESPLAT)

Las películas biográficas sobre grandes músicos son un género con entidad propia dentro del cine musical. La "vida y obra" de las grandes estrellas que ha dado la música en toda su historia, ha sido siempre una fuente de inspiración para el cine desde su comienzos.
En este tipo de películas por una parte se hace un repaso a las carreras musicales de los artistas, aunque también y casi por regla general se centran en la "agitada vida" que en la mayoría de los casos han tenido algunos genios de la música, donde sus relaciones amorosas y sobre todo sus excesos con el alcohol y las drogas, forman casi siempre parte fundamental de sus vidas.

Músicos tan dispares y de épocas tan diferentes como Mozart, Charlie Parker, Jim Morrison, Johnny Cash, Ray Charles, Edith Piaf o el mismo Camarón son algunos de los ejemplos de esos personajes cuyas vidas han sido llevadas a la pantalla con mayor o menor éxito y que han servido para mitificarlos aun un poco más.

Lo normal es que las bandas sonoras de los "biopic" musicales se basen en la obra de sus protagonistas, pero mi intención en esta ocasión es recordar y resaltar la buena música que algunos compositores cinematográficos han hecho para algunas de estas películas.

Empiezo hoy con "Cloclo" una película francesa del año 2012 basada en la vida de Claude François uno de los más importantes cantantes e iconos de la música pop francesa de los años 60 y 70. En una época en la que triunfaba en todo el mundo el rock and roll estadounidense, Claude François conocido artísticamente como Cloclo revolucionó la escena musical francesa con una estética muy americana, introduciendo nuevos ritmos musicales con mucho baile y efectos visuales, muy alejado de los cantantes franceses de su época. Todo un ídolo de masas que conquistó al público femenino de la época con ese aire de galán seductor, que se caracterizó por su gran espíritu de superación, pero que escondía un carácter difícil, arrogante y autoritario y cuya vida amorosa estuvo marcada por su complicada relación con France Hall, una popular cantante y actriz de esa época.

Esta relación dio lugar a una de las más grandes canciones de la historia de la música, "Comme d'habitude", que Cloclo compuso después de que France Hall le abandonara. Aunque con ese título no es muy reconocible, la canción fue traducida al inglés por Paul Anka con el título de "My Way" que grabó el gran Frank Sinatra y que se convirtió en uno de sus mayores éxitos, siendo una de las canciones más versionadas de la historia de la música.
Pero cuando su carrera se encontraba en los más alto un desgraciado accidente fatal y bastante tonto, electrocutado en su bañera, acabó con su vida a los 39 años y como suele ocurrir en estos casos, murió el cantante y nació el mito.

Una puesta en escena perfecta que nos traslada a la Francia de los años 70, una magnífica fotografía y una destacada interpretación de su protagonista, Jérémie Renier, convierten esta película es un fiel reflejo de la atormentada vida de Claude François que va más allá del mero "biopic" y muestra como este artista vivió su vida "a su manera" con todas sus consecuencias.

En la banda sonora de esta película junto al destacado repertorio de Claude François, se encuentra una maravillosa partitura de Alexandre Desplat, el músico francés que es casi un imprescindible en toda última producción tanto francesa como internacional que se precie. 

Aunque en la edición discográfica solo aparecen unos escasos 15 minutos de la música de Desplat, puedo asegurar que es uno de sus mejores trabajos, que no debería quedar desplazado ni olvidado por su brevedad dentro de su obra.
Con el característico sonido del autor utilizando una bellísima melodía con el piano como protagonista, su música es totalmente descriptiva de esa parte romántica y dramática que tuvo la vida de una gran estrella de la música como fue Claude François.


Y para no olvidar la música del protagonista de esta película, no esta de más recordar uno de los grandes clásicos de la música internacional que en la versión de su autor tiene un encanto especial.

martes, 8 de septiembre de 2015

En Tercera Persona - DARIO MARIANELLI

Contrariamente a la mayoría de la crítica, he de reconocer que me ha sorprendido muy gratamente "En Tercera Persona", la última película del Paul Haggis.

Haggis el afamado guionista y director canadiense que en 2004 debutó con la oscarizada "Crash", con la que esta nueva cinta guarda bastante relación, nos vuelve a meter en un relato de historias cruzadas formando un puzzle interesante y bastante bien estructurado.

"En Tercera Persona" narra tres historias que discurren en paralelo en tres ciudades tan emblemáticas como París, Roma y Nueva York. Michael (Liam Neeson) es un escritor ganador del premio Pulitzer que tras separarse de su mujer (Kim Basinger) se refugia en un hotel parisino para acabar su último libro, donde se encuentra con su joven amante (Olivia Wilde) una aspirante a escritora tan enamorada como obsesionada con él. En el escenario romano, nos encontramos con un turbio hombre de negocios (Adrien Brody) que se verá involucrado en una historia de extorsión con una bella gitana (Moran Atias) que conoce en un bar. Y en Nueva York, Julia (Mila Kunis) tras una complicada separación, lucha por la custodia de su hijo con su exmarido (James Franco), un reconocido pintor.


Las tres historias que en un principio no parecen tener nada en común se van desarrollando hasta mostrar ese nexo que las une y que concluye con un final que aunque pueda parecer previsible, resulta tan interesante como sorprendente.

En las tres historias, los personajes arrastran duras experiencias de su pasado con las que tienen que sobrevivir, y solo podrán expiar el dolor que sienten a través del amor.

Una de las bazas del film es el atractivo reparto, lo suficientemente bueno para dar consistencia a los personajes y que son los que verdaderamente sostienen la película, empezando por un Liam Neeson que resulta brillante en la piel de ese escritor atormentado, tan alejado de los papeles de hombre de acción de sus últimas películas, y terminando por el breve papel de una recuperada Kim Basinger, en un papel tan duro como contenido.

El resto del reparto están correctos, sobresaliendo la magnífica actuación de Olivia Wilde en un papel esquizofrénico como el mismo personaje, donde pasa en segundos de la mayor alegría a la tristeza más absoluta y cuya historia guarda una de las situaciones más impactantes de la película.

Una historia que a mí personalmente me ha encantado y que guarda uno de los finales más redondos de los últimos años. 

Para redondear la puesta en escena, esta película cuenta con una magnífica banda sonora del compositor Dario Marianelli, que se mueve como pez en el agua en este tipo de dramas románticos.
La música de Marianelli contribuye a crear la atmósfera perfecta en los momentos más tristes y poéticos de cada una de estas historias.

Una música que en algunos momentos es de una melancolía arrebatadora, resuelta con gran maestría y capaz de transmitir al espectador las emociones de los protagonistas.