lunes, 27 de enero de 2014

Fuga Sin Fin (The Last Run) - JERRY GOLDSMITH

Fuga Sin Fin (1971), es una de esas películas menores de entre la gran cantidad de thrillers de acción que se rodaron en la década de los 70, que sobresale por dos cosas, la magnífica interpretación de su protagonista, un George C. Scott en uno de los mejores momentos de su carrera y la magnífica banda sonora de Jerry Goldsmith, también en uno de sus mejores periodos creativos.

La película es un thriller algo fallido pero que en términos generales resulta bastante entretenido. Un proyecto personal del propio George C. Scott, que llegó a las manos de Richar Fleischer, después del poco entendimiento de Scott con John Huston el director previsto en un primer momento.

Tras varios años retirado, Harry Garmes (George C. Scott), un ganster americano afincado en Portugal, recibe un último encargo, trasladar a un delincuente fugado de prisión Paul Ricard (Tony Musante) y a su novia Claudine (Thris Van Devere) desde España a Francia. En su camino deberán sortear varios imprevistos que no entraban en los planes de ninguno de ellos, la persecución de una peligrosa banda criminal intentando pasar desapercibidos ante los ojos de los cuerpos policiales españoles y franceses y el enfrentamiento de dos fuertes personalidades, la de Harry un hombre que mantiene un clásico código de honor y Paul un tipo detestable, prepotente e inmaduro con una total falta de sentimientos. 
A bordo de su BMW plateado, Harry y su pareja acompañante realizan una particular road movie por tierras españolas (escenarios reales de Málga y Nerja donde transcurre toda la acción), con un buen número de persecuciones automovilísticas muy bien rodadas.
   
Una película que en su planteamiento  podríamos considerar antecesora de títulos actuales como los de la saga "Transporter" o la excelente "Drive", donde la personalidad del protagonista está íntimamente ligada al rugido del motor de los vehículos que utilizan como parte de su forma de vida.

Jerry Goldsmith crea por una parte una partitura trepidante y rítmica y por otra también melancólica y lírica. El tema principal con el uso del punteo del clavicordio y la guitarra muy al estilo de la música de los años 70 usada en muchas películas de la mafia, es puro sonido Goldsmith y un claro ejemplo de esas melodías simples y repetitivas que se enganchan en la cabeza y que quedan ligadas a un personaje y a una película. Una de las grandezas de la música para el cine. 



Como también es habitual en aquellos años, la banda sonora contiene una canción con la música del tema principal interpretada por Steve Lawrence, un croner de la época, que contribuyó a popularizar la magnífica melodía de Goldsmith. 

martes, 14 de enero de 2014

Una Historia Verdadera (The Straight Story) - ANGELO BADALAMENTI

En 1999 David Lynch volvía a sorprender al mundo del cine con "Una Historia Verdadera" una película que en principio parecía estar muy alejada de ese estilo tan particular suyo, que ha marcado su carrera. Y sorprende porque nos trae una historia sencilla, llena de ternura y profundamente conmovedora, lo que podríamos considerar una historia "normal"muy alejada de ese universo truculento tan característico de su cine.

Inspirada en una historia real, el guión nos presenta a Alvin Straight (Richard Farnsworth) un achacoso anciano que vive en Iowa con su hija discapacitada (Sissy Spacek), una mujer marcada por un trágico suceso del pasado. Alvin sufre de un enfisema, tiene problemas de visión y graves problemas en la cadera que casi le impiden permanecer de pie. Cuando Alvin recibe la noticia de que su hermano con el que permanece enemistado hace más de una decada, ha sufrido un infarto, decide visitarlo a pesar de su precario estado de salud. Para ello tendrá que recorrer unos 500 km hasta Wisconsin, con el único medio de transporte del que dispone, su vieja cortacésped. Un viaje que le reconciliará con las cosas importantes de la vida.

Lynch contó para esta insólita road-movie con un ajustado presupuesto, treinta días de rodaje en orden cronológico realizando un trabajo contrarreloj para evitar que la climatología no afectase a la película, rodada en unos escenarios naturales que son parte fundamental de la historia. El personaje de Alvin en solitario sobre su cortacésped recorriendo lentamente el medio oeste americano, con esos paisajes crepusculares al fondo fotografiados magníficamente, asemeja en muchos momentos la imagen del vaquero a caballo sobre el horizonte de los grandes western.

Impagable la interpretación de Richard Farnsworth, que con 80 años y diagnosticado de cáncer  de huesos terminal, rodó la película con fuertes dolores convirtiendo en una hazaña un trabajo de por sí extraordinario, logrando el papel de su vida.

Una película que puede considerarse una obra maestra con toda la entidad de un clásico, una de esas obras capaces de realzar toda una carrera, pero que paradójicamente es de las menos conocidas de la filmografía de Lynch.
En definitiva, una pequeña "historia verdadera" y una gran película.

Lynch volvió a contar con la colaboración de Angelo Badalamenti para la banda sonora, haciendo gala también de una música bien distinta a la que nos tiene acostumbrado en sus colaboraciones. Al igual que la película, la música es sencilla llena de melancolía y serenidad, reflejando la soledad del protagonista y la lentitud y paciencia con la que lleva ese viaje físico, moral y espiritual.

Badalamenti hace uso de una reducida instrumentación, creando magníficas melodías como en el "Rose´s Theme" con un punteo de guitarra bellísimo o "Laurens Walking" con la guitarra y el violín con cierto trasfondo country.

Una banda sonora espléndida, perfectamente a la altura de una película como esta.