Aprovechando los acontecimientos ocurridos en la Unión Soviética con la Perestroika y los convulsos momentos que se vivieron entonces, un guión que estaba dormido en un cajón sobre una historia que transcurría durante la guerra fría vio la luz en el año 1995 en esta película de Tony Scott, una espectacular producción muy interesante.
La película cuenta la historia del comandante de uno de los más importantes submarinos nucleares americanos y su lugarteniente, en una situación de conflicto mundial y ante la amenaza de una guerra nuclear desencadenada tras un intento de golpe de estado nacionalista en Rusia. Cuando reciben una orden algo confusa de lanzar los misiles nucleares ambos personajes con caracteres bastante opuestos, reaccionan de manera muy diferente y acaban enfrentándose por el control de la nave.
Dejando aparte el manido tema de una posible guerra nuclear que se podría desencadenar en una situación de inestabilidad política visto ya en otras películas, lo importante de esta, no es la guerra en sí, sino el claustrofóbico enfrentamiento entre dos personajes ante una situación crítica, en la que es perfectamente comprensible la actitud de ambos militares de dos generaciones distintas ante el cumplimiento de su deber.
Magnífica la interpretación de sus dos protagonistas, Gene Hackman como el experimentado comandante del submarino y de Denzel Washington como su reflexivo segundo de a bordo. Ambos demuestran la fuerza y la intensidad interpretativa que les caracteriza, y que era fundamental en una historia como esta con la obediencia militar como telón de fondo.
La dirección de Tony Scott un especialista en películas de acción, es bastante contenida y reparte adecuadamente los momentos de tensión dramática entre los dos protagonistas con escenas de pura acción típicas del cine bélico de submarinos.
Mención especial para mi, es la secuencia inicial del comandante acompañado por su perro dando una patriótica arenga a la tripulación bajo una lluvia torrencial antes de zarpar y ante la atenta mirada y la sorpresa del lugarteniente que se acaba de incorporar. Ahí se empiezan a marcar las diferencias entre el viejo militar de la antigua escuela y el joven oficial de academia, y todo ello con el fondo de los acordes de la excelente música de Hans Zimmer. Verdaderamente impresionante.
La banda sonora de Zimmer para esta película utilizando su ya típica mezcla de música sinfónica con toques electrónicos y sintetizadores, presenta unos temas con un sonido grandilocuente que empiezan de manera casi susurrante y van in crescendo de forma espectacular, en unos cortes de hasta más de 20 minutos de duración. Una música de caracter militar que hace uso en algunos pasajes de un coro de voces graves masculinas incluso con un tema que es un himno religioso coral de marcado carácter marcial solo con las voces. El tema principal de esta banda sonora ha sido reutilizado con algunas variaciones en muchas otras películas posteriores y es perfectamente reconocible como puro sonido Zimmer y del buen número de compositores que han trabajado con él como colaboradores y que han debutado con sus propias bandas sonoras en los últimos años.
En la suite que pongo a continuación aparecen casi todos los temas y momentos más importantes de la banda sonora. Una música espectacular para una película no menos espectacular.
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