Siempre dispuesto a explorar todos los estilos musicales en su extensa aportación a la música cinematográfica, el genio de Vladimir Cosma aparece por igual en cada una de sus partituras. Con una extensa formación musical clásica donde destaca en su juventud ganando premios en violín y composición, lo cierto es que sus comienzos profesionales en el mundo de la música los hace con la música de jazz y tocando el piano en espectáculos de "music-hall".
Así, aunque muchas de sus partituras cinematográficas integran este tipo de música, lo cierto es que sus maravillosas composiciones sinfónicas son de una calidad excepcional.
Un pequeño ejemplo de ello serían estas dos obras, que se ha convertido en piezas fundamentales en su repertorio de conciertos.
"La Gloria de mi Padre" y "El Castillo de mi Madre", son dos películas de Yves Robert del año 1990, rodadas consecutivamente y basadas en las novelas del mismo título escritas por Marcel Pagnol, que son un clásico de la literatura francesa.
Con una deliciosa narración autobiográfica sobre la infancia del autor durante un verano a principios del siglo XX, estas obras provocaron el entusiasmo de un gran sector del público y por tanto su traslado a la gran pantalla era incuestionable.
En "La Gloria de mi Padre" la historia nos presenta a Marcel un muchacho que va a pasar el verano junto a su familia en la Provenza francesa donde descubrirá junto a un muchacho de la región, los secretos que guardan las colinas provenzales, en el que será para él un verano inolvidable.
En la "Gloria de mi Madre" como continuación de la anterior, Marcel regresa al siguiente verano a la casa de la Provenza, reencontrándose con sus amigos y descubriendo un viejo castillo donde vive una niña rica con su madre.
Con un tono bucólico en el que destacan el descubrimiento de la naturaleza, los paisajes, las escenas familiares y las fiestas populares, nos encontramos con una historia de una honda calidad humana. Un paseo entrañable, nostálgico y lleno de humor de la infancia, un tiempo pasado que marcará para siempre a su protagonista.
La música de Vladimir Cosma para ambas películas tiene también ese sentimiento bucólico y nostálgico y se convierte en el acompañamiento musical perfecto para estas dos películas. En el tema principal de "La Gloria de mi Padre" la partitura comienza con un sonido que asemeja el ruido de los grillos en los días calurosos del verano cuyos compases acompañan a toda la bella melodía principal dandole esa ambientación campestre de una manera magistral.
Para "El Castillo de mi Madre", Cosma compone un bellísimo vals que tanto en su versión orquestal como es su versión al piano, se ha convertido en una de las obras más aclamadas del autor.
Dos obras magníficas que merecieron su nominación a los premios Cesar del cine francés y que son claves en la obra de este gran compositor.
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