viernes, 9 de octubre de 2015

Suite Francesa - RAEL JONES

Tras más de 60 años, en el año 2004 se publicaba "Suite Francesa" una novela inédita de Irène Némirovsky, escritora judia de origen ucraniano, afincada en París, que tras la ocupación alemana de Francia durante la Segunda Guerra Mundial fue capturada y trasladada al campo de prisioneros de Auschwitz, donde murió en agosto de 1942 a los 39 años. Antes de su detención, Némirovsky había empezado una serie de cinco novelas (de las solo terminó dos) sobre la vida en Francia tras la ocupación nazi.
Estas novelas permanecieron desaparecidas, hasta que sus hijas, que lograron sobrevivir, las encontraron en una vieja maleta, después de tantos años. La publicación de la novela causó una auténtica conmoción en el mundo editorial francés y europeo, ya que retrataba de primera mano una situación y una época fundamental en la historia de Francia.


Su traslado a la gran pantalla era algo que estaba cantado, y aunque son abundantes y variadas las películas sobre la Segunda Guerra Mundial, esta nueva incursión en el tema nos muestra un fiel e implacable reflejo de la sociedad francesa durante la ocupación, que resulta bastante interesante. 


Es bastante sorprendente comprobar en esta historia como por una parte, junto al odio natural que despierta la brutal ocupación nazi del país de la "liberté, égalité y fratrernité", surjan también historias de amor clandestino y muestras públicas de colaboracionismo, mostrándose de esa manera la variedad de reacciones humanas ante situaciones excepcionales.




La acción de la película transcurre en un pequeño pueblo cerca de París tras la claudicación del gobierno francés ante la ocupación alemana. Lucile (Michelle Williams) es una joven cuyo marido marchó al frente al poco de casarse y permanece desaparecido como prisionero de guerra y vive junto a su controladora suegra (Kristin Scott Thomas) una acomodada terrateniente con un agrio carácter. Su vida transcurre un poco al margen de la guerra hasta que el pueblo es tomado por un regimiento de soldados alemanes que se establecen en las casas de los vecinos del pueblo. El nuevo inquilino de la casa es Bruno (Mathias Schoenaerts) un elegante y refinado oficial alemán que va cambiar por completo la anodina vida de Lucile.

Con la música como nexo de unión de ambos protagonistas, Bruno en la vida civil es compositor y Lucile ha estudiado música y toca el piano, surge irremediablemente una historia de amor entre dos personas que se encuentran en un momento desgraciado y trágico, donde su amor quedará oscurecido por la cruel realidad. Todo ello con el fondo del resto de personajes del pueblo entre los que afloran las mezquindades y los enfrentamientos en todas las clases sociales.


La interpretación de los protagonistas es muy correcta, aunque la pasión amorosa resulta muy contenida, algo lógico teniendo en cuenta la situación en la que se encuentran y tratándose de dos seres tan sensibles. Igualmente destacado es el papel de Kristin Scott Thomas, como una mujer igual de dura con su nuera, sus vecinos y los soldados alemanes, pero que irá cambiando al darse cuenta de que todo se derrumba a su alrededor.


Una película estéticamente bien resuelta con una bonita historia de amor, que demuestra que la guerra puede sacar lo mejor y lo peor del ser humano.



La banda sonora es obra de Rael Jones un joven compositor y multi instrumentista británico que después de colaborar anteriormente en algunos trabajos importantes junto a otros compositores, como en la banda sonora de "Los Miserables", "Quantum of Solace" o la serie de la BBC "Sherlock", nos deja en este su primer trabajo para un largometraje, un trabajo exquisito y de gran calidad.


Una partitura donde se mezcla dramatismo y romanticismo, aunque destacan sobre todo los temas melódicos como el tema principal de amor de una gran belleza. 



La música orquestal está reforzada por un breve tema de piano que forma parte de la historia como la música que Bruno compone y que regala a Lucile con el título de "Suite Francesa". Este tema de apenas un minuto de duración es obra del compositor Alexander Desplat, que como ya he comentado en alguna ocasión está presente últimamente en toda buena producción europea. Un precioso tema que queda íntimamente ligado a una historia de amor imposible.

Los siguientes clip son el corte en su versión original y tal como aparece en la película.


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