domingo, 12 de abril de 2015

Música para los Caídos (III) - Atonement (DARIO MARIANELLI) / Cuando Éramos Soldados (NICK GLENNIE-SMITH)

Aunque "Atonement" (Expiación, Más Allá de la Pasión), no es exactamente una película bélica, en este grandísimo drama romántico, la guerra y sus consecuencias juegan un papel fundamental en el desarrollo de la historia que nos cuenta.

Basada en una aclamada novela, "Attonement" es un texto con numerosos atractivos, por un lado una bellísima historia de amor ambientada con el fondo de la Segunda Guerra Mundial, pero sobre todo es una interesante reflexión sobre la culpabilidad, la responsabilidad y el perdón, de ahí su acertado título, porque verdaderamente es una gran historia de "expiación".

Ya comenté esta película y su maravillosa banda sonora en un post anterior (Atonement) y poco más puedo decir. Pero me gustaría señalar una escena muy destacada así como la música que la acompaña, y me refiero a ese memorable plano secuencia de una factura técnica impecable que muestra el recorrido del protagonista en la playa de Dunkerke, donde el maltrecho y derrotado ejército británico espera a ser evacuado. Una de esas escenas digna de pasar a la historia del cine que además tiene de fondo el tema "Elegy for Dunkirk" de la banda sonora ganadora del Oscar compuesta por un inspiradísimo Dario Marianelli. 
Un tema musical muy triste que queda subrayado con las voces de un coro de soldados que interpretan un famoso himno inglés, toda una elegía a esos soldados caídos, abatidos y derrotados. Una melodía que expresa mucho más de lo que muestran las propias imágenes.





"Cuando Éramos Soldados" es una película del año 2002 basada en un famoso libro de dos de los propios protagonistas que vivieron los acontecimientos que en ella se relatan. El coronel Harold G. Moore y el periodista Joseph L. Galloway participaron en la Batalla de la Grang, el primer enfrentamiento a gran escala del ejercito norteamericano en la Guerra de Vietnam.
Y aunque a priori pueda parecer otra de esas películas en las que se hace gala del típico patrioterismo yanqui, es uno de los pocos films bélicos en el que no hay un ensañamiento con el ejercito enemigo, al que se respeta y al que se presenta como un opositor capaz y valiente.

Dirigida por Randal Wallace (el guionista de Braveheart) y protagonizada por Mel Gibson, la película es una nueva revisión cinematográfica de una guerra, la del Vietnam, que marcó profundamente a la sociedad estadounidense de los años 60 y 70.

Aunque rodada con un gran despliegue técnico en sus secuencias bélicas, la historia hace más hincapié en el lado humano de la guerra, el horror y la angustia tanto de aquellos que parten a combatir como la de sus familias, con momentos dramáticos y sobrecogedores llenos de "sangre, sudor y lágrimas".
Huyendo del estilo en el que se ha mostrado casi siempre las películas sobre la guerra del Vietnam, con personajes siempre fuera de sí que arrastran mil y un traumas, esta película vuelve a recordar que el comportamiento heroico es posible en cualquier conflicto bélico.

La banda sonora compuesta por Nick Glennie-Smith, uno de los músicos surgidos de la compañía Media Ventures, la factoría de compositores cinematográficos de Hans Zimmer, presenta una música en la que junto a las típicas marchas militares propias del género aparecen bellas melodías que se adaptan perfectamente al dramatismo de la película. 
El mejor ejemplo y la música que refleja perfectamente el espíritu de este película es el tema final  "Mansion Of The Lord",  que contiene un himno de corte religioso interpretado por el coro de cadetes de West Point con letra del propio director Randall Wallace. Música marcial y heróica llena de sentimiento.

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