"Dans La Maison" (En la Casa), es una de esas gratas sorpresas cinematográficas a las que nos tiene acostumbrado el cine francés en los últimos años. Ya sea en el drama, la comedia o el thriller, lo cierto es que un buen número de producciones francesas han logrado enormes éxitos no solo en su país, si no que han logrado conquistar el mercado internacional. Todo ello avalado por un enorme éxito de taquilla y el reconocimiento de los más importantes premios cinematográficos.
Dirigida por François Ozon, "Dans La Maison" es una producción del año 2012 que se mueve entre el drama y la intriga, cuyo guión es una adaptación de la obra "El chico de la última fila" del dramaturgo español Juan Mayorga, uno de los autores teatrales actuales más interesantes. La historia que nos cuenta es un entretenido y hábil juego entre la literatura y la vida. Un profesor de literatura francesa desencantado con sus alumnos, descubre que el chico que se sienta al fondo de la clase muestra en sus trabajos de redacción un agudo y sutil sentido de la observación, lo que le lleva a sentir una extraña fascinación por la historia que relata, la vida de la familia de uno de sus compañeros. El profesor atraido por la calidad de sus escritos e intrigado por la historia que cuenta, en la que es difícil distinguir entre realidad y ficción, animará a su alumno a seguir con su relato, y lo que empieza como un juego ilusionante se convertirá en una obsesión casi enfermiza con trágicas consecuencias.
Dirigida de forma singular y brillante, consigue intrigar al espectador, con un guión bien hilado y un argumento absorbente, donde se va creando una atmósfera que consigue mantener al público pegado al asiento. Una verdadera oda al voyeurismo en la que queda patente esa irresistible atracción por conocer "la vida de los otros", como queda patente en la última escena de la película en un claro guiño a "La Ventana Indiscreta".
La historia se sustenta en buena medida en las actuaciones de todo el reparto, que lo hacen realmente bien, y en la que destacan los dos protagonistas, Fabrice Luchini como el intrigado profesor y Ernst Umhauer como su alumno.
La película ha sido la última Concha de Oro del Festival de San Sebastián y se ha convertido en una de las cintas más originales e inteligentes del cine europeo del pasado año.
Para la banda sonora François Ozon vuelve a contar con la colaboración de Philippe Rombi, en lo que parece se va a convertir en uno de esas grandes asociaciones director-compositor tan habitual en el mundo del cine.
La banda sonora transmite perfectamente ese tono de intriga que tiene la historia, y los temas que Rombi ha creado, aportan un clima sonoro hipnótico y perturbador que refuerza el misterio de la película. Una música que al igual que la película resulta sobria, elegante y refinada con momentos verdaderamente inquietantes.
Estos son los dos temas principales de la banda sonoro, el tema inicial y el tema final, dos melodías de una gran belleza con una orquestación magnífica y con la participación al piano del propio Rombi, que como suele ser habitual en sus bandas sonoras, compone, orquesta dirige e interpreta. Un músico absoluto que me ilusiona y me gusta mas con cada nueva banda sonora.
Dirigida de forma singular y brillante, consigue intrigar al espectador, con un guión bien hilado y un argumento absorbente, donde se va creando una atmósfera que consigue mantener al público pegado al asiento. Una verdadera oda al voyeurismo en la que queda patente esa irresistible atracción por conocer "la vida de los otros", como queda patente en la última escena de la película en un claro guiño a "La Ventana Indiscreta".
La historia se sustenta en buena medida en las actuaciones de todo el reparto, que lo hacen realmente bien, y en la que destacan los dos protagonistas, Fabrice Luchini como el intrigado profesor y Ernst Umhauer como su alumno.
La película ha sido la última Concha de Oro del Festival de San Sebastián y se ha convertido en una de las cintas más originales e inteligentes del cine europeo del pasado año.
Para la banda sonora François Ozon vuelve a contar con la colaboración de Philippe Rombi, en lo que parece se va a convertir en uno de esas grandes asociaciones director-compositor tan habitual en el mundo del cine.
La banda sonora transmite perfectamente ese tono de intriga que tiene la historia, y los temas que Rombi ha creado, aportan un clima sonoro hipnótico y perturbador que refuerza el misterio de la película. Una música que al igual que la película resulta sobria, elegante y refinada con momentos verdaderamente inquietantes.
Estos son los dos temas principales de la banda sonoro, el tema inicial y el tema final, dos melodías de una gran belleza con una orquestación magnífica y con la participación al piano del propio Rombi, que como suele ser habitual en sus bandas sonoras, compone, orquesta dirige e interpreta. Un músico absoluto que me ilusiona y me gusta mas con cada nueva banda sonora.
Excelente descripcion del filme.
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