"Le Mépris" es una de las grandes obras de Jean-Luc Godart y una de las películas más representativas de la "nouvelle vague". Con esta producción de 1963, basada en la novela homónima de Alberto Moravia, Godard inauguró una etapa de experimentación y cambio constante que ha ido desarrollando en su cine hasta el momento actual.
La historia es una brillante adaptación de la novela de Moravia, que aborda por un lado la crisis matrimonial de una pareja de recién casados y por otro el conflicto artístico del protagonista que es capaz de abandonar su vocación literaria por una cuestión monetaria.
Paul Javal (Michelle Piccoli) es un dramaturgo francés que acepta reescribir el guión de una película sobre "La Odisea" que un reputado director alemán, Fritz Lang, va a rodar en Capri. Durante un primer encuentro con el productor norteamericano de la película, el escritor deja que su bella esposa Camille (Brigitte Bardot) acompañe al productor a su finca, lo que dará lugar a un malentendido creyendo esta que la ha ofrecido como moneda de cambio para obtener un mejor contrato. Camille se sentirá humillada por el hombre al que ama, lo que provocará que su matrimonio entre en una grave crisis. El sentimiento de Camille hacia Paul evolucionará desde un profundo amor, hasta la indiferencia y finalmente el desprecio por el hombre al que consideraba su gran amor.
Cabe destacar la interpretación de Michel Piccoli en el complejo papel como escritor y el conflicto que se genera entre sus aspiraciones literarias y el tener que aceptar un encargo por dinero, y por otra parte su perplejidad ante la actitud de su esposa desde un profundo amor, el rechazo y por último el desprecio que les conducirá a un trágico final. Respecto a Brigitte Bardot, bellísima y que se encontraba en su momento de mayor esplendor, muestra toda la carga de sensualidad y erotismo que tenía la historia y que la actriz supo encarnar de manera magistral. Godard también realizó un homenaje a Fritz Lang, que en la película se interpreta a si mismo, en una clara muestra de la admiración que el y todos los componentes de la "nouvelle vague" mostraron hacia los grandes directores del cine clásico de los años 40 y 50.
Otro de los grandes aciertos de la película es la magnífica fotografía, con una utilización del color que resulta fascinante, especialmente en las escenas rodadas en los estudios de "Cinecittà" y los escenarios naturales de Capri con ese azul del mediterraneo como telón de fondo.
Y para terminar de redondear la película, Jean-Luc Godard contó con una de las más bellas composiciones de Georges Delerue, el músico por excelencia de la "nouvelle vague". Delerue realizó una música, con un conjunto de melodías que describen perfectamente los diferentes momentos y estados de ánimo por los que atraviesan los personajes, siendo el fragmento más conocido, el "Tema de Camille", una melodía nostálgica de un lirismo extraordinario, que describe perfectamente la amargura de los protagonistas y que se ha convertido en uno de los elementos más sobresalientes e inolvidables de la película y que algunos consideramos un personaje más de esta historia.
Los siguientes dos videos del "Tema de Camille" son en primer lugar la versión orquestal y en segundo lugar la evocadora versión para piano, que considero verdaderamente sublimes.
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