domingo, 21 de enero de 2018

De 5 a 7 - DANNY BENSI & SAUNDER JURRIAANS

A veces hay películas sencillas y en apariencia bastante simples que cuentan historias algo absurdas y poco creíbles, pero que en el fondo tienen algo a veces muy sutil que hacen que valga la pena dedicarles uno e incluso dos visionados. Este es el caso de esta película, "De 5 a 7" opera prima del guionista de televisión Victor Levin.

Y es aunque sea solo por ver alguna escena o escuchar en algún momento del metraje algún tema de su banda sonora, esta comedia romántica que bien podría pasar por un telefilm de sábado o domingo por la tarde, merece la pena.

Brian (Anton Yelchin) un aspirante a novelista que vive en Nueva York, conoce a una bella mujer llamada Arielle (Bérénice Marlohe), esposa de un diplomático francés. Un cruce de miradas es el flechazo y el punto de partida de una relación extramarital de común acuerdo con el marido que a su vez también tiene otra relación con una joven ( todo con ese toque tan francés). De una manera muy educada y muy bien planificada los amantes pueden mantener una relación de 5 a 7, guardando las apariencias hacia afuera, pero desatando su pasión en los encuentros que mantienen en una habitación de un hotel durante el tiempo que tienen estipulado. Pero la cosa empieza a complicarse cuando Brian le presenta a Arielle a sus padres, que no entienden esa relación tan extraña, y cuando alentado por el propio marido de Arielle, Brian entra a formar parte del circulo familiar incluidos los dos hijos del matrimonio y de los amigos del diplomático.
Y aunque todo parezca tan bien organizado y tan formal, el amor entra ambos empieza a ir más allá y termina rompiendo esa estabilidad.

Al final todo es muy previsible, pero la historia está muy bien resuelta y nos deja algún par de escenas que agradarán a esos espíritus románticos que se acercan a ver historias como esta.
Momentos como el cruce de miradas cuando ambos amantes se conocen, la elegancia y belleza de Bérénice Marlohe en casi todos sus planos, el encuentro bajo la lluvia y el momento final en la puerta de un Museo, son esos momentos que tienen algo especial.
En definitiva una cinta ligera aunque disfrutable, que permite esbozar alguna que otra sonrisa y algún pellizco en el corazón a los más románticos.






La banda sonora de esta película es de Danny Bensi y Saunder Jurriaans dos músicos neoyorquinos que comenzaron su carrera como integrantes de una banda de rock instrumental con algún bagaje como teloneros de bandas de renombre como Pearl Jam. 

Dos músicos con un carácter único muy innovadores que para esta película componen una música muy acorde con la historia, con temas ligeros para los momentos incidentales, y con un par de temas bellísimos para esos momentos finales. Una música perfecta para las imágenes a las que acompaña.

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