"El Manantial de las colinas" (Jean de Florette) es una de las grandes producciones francesas de los años 80. Dirigida por Claude Berri, la película es la primera de las dos producciones que el director francés realizó sobre la saga literaria de su compatriota, el dramaturgo y también cineasta Marcel Pagnol, formada por las novelas "Jean de Florette" y "Manon des Sources".
Ambientada en el mundo rural de la Francia profunda a principios del siglo XX, nos cuenta la historia de Jean de Florette (Gerard Depardieu) quien tras recibir una tierras en una herencia, abandona la ciudad con su mujer y su pequeña hija Manon y deciden comenzar una nueva vida como campesinos. Jean un hombre ingenuo y bondadoso pretende vivir en paz y libertad en ese nuevo lugar, por lo que pondrá todo su empeño y esfuerzo para conseguir hacer sus sueños realidad. Pero además de tener que enfrentarse a una terrible sequía, también tendrán que hacer frente a las malas artes de un despiadado terrateniente vecino apodado "La Papet" (Yves Montand) y su sobrino Ugolin (Daniel Auteil), que desean hacerse con sus tierras y que para conseguirlo ocultarán intencionadamente la existencia de un manantial propiedad de Florette y con el que podría salvar sus tierras. Todo ello llevará a los protagonistas irremediablemente a una situación con trágicas consecuencias.
La dirección es uno de los grandes aciertos de esta película. Berri describe perfectamente y con gran veracidad ese ambiente rural con sus costumbres y tradiciones, logrando además una perfecta armonía entre los actores y el entorno, demostrada sobre todo en el duelo interpretativo entre Gerard Depardieu e Yves Montand, "todo un espectáculo".
En el fondo la historia es una gran fábula donde se abordan muchas de las cuestiones básicas de la vida, la bondad y la maldad del ser humano, los sueños, el esfuerzo, la codicia, la verdad, la mentira, la traición, la familia, la venganza y tantas otras, en un guión tan simple y a la vez tan complejo.

Uno de esos temas que ya desde el comienzo de los títulos de crédito impresionan desde la primera nota.