
A pesar de ser la obra más desconocida de Ridley Scott sería injusto que cayera en el olvido uno de los mejores debut cinematográficos de las últimas décadas, una magnífica película como esta donde destacan la belleza de sus imágenes, la fotografía, el vestuario, el maquillaje, las impresionantes escenas de los duelos, la interpretación de sus dos protagonistas Keith Carradine y Harvey Keitel y por supuesto su maravillosa banda sonora.
Ridley Scott cuenta en el apartado musical para su debut con Howard Blake un compositor inglés que consigue con esta partitura quizás su mejor trabajo. Una música que como es habitual en la obra de Ridley Scott conjuga perfectamente con las imágenes, creando un marco estético perfecto.
La partitura de un marcado estilo clásico cuenta con un maravilloso tema central con una gran belleza sinfónica que transmite la intensidad del conflicto que por cuestiones de honor mantienen sus protagonistas.
La partitura de un marcado estilo clásico cuenta con un maravilloso tema central con una gran belleza sinfónica que transmite la intensidad del conflicto que por cuestiones de honor mantienen sus protagonistas.